domingo, 9 de mayo de 2010

Gacela de la huida

Gracias a mi hermana menor conocí la obra Divan del Tamarit de García Lorca. Fue escrito entre 1931 y 1935, finalmente fue publicado en 1936. Diván es una palabra persa que primero designó la habitación donde los escribas hacían el inventario y más tarde se refería al libro donde se escribía. En árabe llegó a significar un conjunto determinado de una clase de poesías. Y Tamarit era el nombre de una propiedad de la familia García Lorca en Granada.

Este poemario está dividido en dos partes, la primera incluye doce gacelas, que son composiciones breves dedicadas al amor, aunque en este caso las hay dedicadas a la muerte; y la segunda compuesta de 9 casidas, las casidas son composiciones mucho más largas de temas variados y que generalmente empiezan con una introducción.

El poema que traigo hoy es una de las gacelas, no podría decir que la más bella, pero por lo menos una de las que más me gustó. Pero me queda una pregunta ¿de qué quiere huir el poeta? ¿será acaso del amor?...


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Gacela de la huida


Me he perdido muchas veces por el mar
con el oído lleno de flores recién cortadas.
Con la lengua llena de amor y de agonía
muchas veces me he perdido por el mar,
como me pierdo en el corazón de algunos niños.

No hay nadie que al dar un beso
no sienta la sonrisa de la gente sin rostro,
ni nadie que al tocar un recién nacido
olvide las inmóviles calaveras de caballo.

Porque las rosas buscan en la frente
un duro paisaje de hueso
y las manos del hombre no tienen más sentido
que imitar a las raíces bajo tierra.

Como me pierdo en el corazón de algunos niños,
me he perdido muchas veces por el mar.
Ignorante del agua, voy buscando
una muerte de luz que me consuma.

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